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El día 22 de abril de 1451, la infanta Isabel, primera hija del rey Juan II de Castilla y su segunda esposa, Isabel de Portugal, nace en Madrigal de las Altas Torres. Nació en la tarde del Jueves Santo en un pequeño palacio perteneciente a los reyes. Su padre estaba ausente, por lo que hubo que enviarle un correo.
El rey recibió la noticia con mucha alegría, enseguida comunicándola a las principales ciudades del reino con unas misivas especiales como esta que fue dirigida a la ciudad de Segovia.
“Yo el Rey. Envio mucho saludar a vos el Concejo, Alcaldes, Regidores, Caballeros, Escuderos, Oficiales e omes buenos de la Cibdad de Segovia, como aquellos que amo e de quien mucho fio. Falto vos saber que por la gracia de Nuestro Señor, este jueves próximo pasado la Reina Doña Isabel, mi muy cara e muy amada mujer, encaescio de una Infante, lo cual vos fago saber porque dedos muchas gracias a Dios, asi por la deliberación de la dicha Reina mi mujer, como por el nacimiento de la dicha Infant, sobre lo cual mande ir a vos a Johan del Busto, mi Repostero de camas, leuador de la presente, al cual vos mando dedes las albricias por cuanto yo le fice merced dellas. Dad en la villa de Madrid a XXIII de Abril de LI. Yo el Rey.”
La recién nacida infanta Isabel fue bautizada en la iglesia de San Nicolás de Bari, la misma donde, cuatro años antes, se casaron sus padres.
Solo tenía tres años, cuando murió su padre, el rey Juan II de Castilla, y su madre fue alejada de la corte al producirse el relevo en el trono. Vivió sus primeros años en Arévalo, recibiendo una muy cuidada educación. En ella participaron santa Beatriz de Silva, fundadora de la Orden de las Concepcionistas, fray Martín de Córdoba, Gutiérrez de Cárdenas y Gonzalo Chacón, entre otros.
En su testamento, Juan II dejó nombrados a los encargados de la educación de Isabel y Alfonso: dos clérigos, fray Lope de Barrientos y el prior Gonzalo de Illescas, y el camarero Juan de Padilla.
Después de la muerte de Juan II, a la reina Isabel le correspondían las rentas reales de las villas de Soria, Arévalo y Madrigal.
La infanta Isabel debía recibir una asignación de 200000 maravedíes anuales hasta los 14 años de edad, cantidad que llegaba a los 870 000 maravedíes a partir de esta edad hasta su matrimonio. Además, la infanta debía recibir las rentas reales de Medina del Campo cuando cumpliera 16 años. También se le entregó a Cuéllar y a Madrigal hasta su casamiento, añadiendo 1 000 000 de maravedíes como dote, aunque parece que su hermanastro, el rey Enrique IV, nunca se los pagó.